lunes, 15 de febrero de 2010

TEORIA DE ROE

TEORÍA DE LA INFLUENCIA FAMILIAR

Se explica la elección vocacional basándose en la jerarquización de necesidades de Maslow unida a las incidencias de la crianza familiar, es decir, su influencia sobre las preferencias, intereses, los sentimientos hacia sí mismo y de otras personas en la elección de carrera. Sus experiencias se basan en antecedentes hogareños y con los padres que determinan la influencia ejercida en la planificación educativa y vocacional de sus hijos, se induce un patrón de aptitudes, intereses y necesidades que impelen la elección de una ocupación, dentro de un campo y nivel determinado.
“El patrón de necesidades inconscientes determina el grado de motivación vocacional. Las necesidades satisfechas rutinariamente no se convierten en motivadores inconscientes. Las que satisfacen parcialmente quedan virtualmente eliminadas si son de alto nivel (Maslow) y, si son de bajo nivel bloquean la aparición de las más altas, convirtiéndose en motivadores dominantes y restrictivos. Si la satisfacción es demorada, pero gradualmente va obteniéndose, la necesidad pasa a ser un motivador inconsciente dependiendo del grado de satisfacción sentida “.

Roe considera tres estilos de crianza:

1.- Concentración Emocional.- Cuando existe una relación de ansiedad con el hijo, se puede traducir en sobreprotección o exigencia. Sobreprotección, cuando se promueve la dependencia y se restringe la conducta exploratoria, por lo que las necesidades fisiológicas y seguridad son satisfechas inmediatamente; las de pertenencia, amor y estima se traducen en dependencia de parte del niño y, las de autorrealización no se satisfacen.
Exigencia, propia de padres perfeccionistas y severos, donde las necesidades primarias son satisfechas, las de amor y estima se convierten en obediencia y éxito y, las de información y auto actualización se estimulan pero de forma limitada.

2.- Alejamiento del niño. Cuando se ofrece poca atención y poca gratificación al hijo. Puede ser por rechazo emocional y, puede existir maltrato físico y/o psicológico. No se descuidan las necesidades fisiológicas o de seguridad, pero las otras son descuidadas intencionalmente. En este caso la falta de gratificación no es premeditada, por lo que causa menos daños psicológicos que la anterior.

3.- Aceptación del niño. Tener buen trato y buenas relaciones con el hijo, sin excesos ni descuidos, procurando la satisfacción de todas las necesidades y, proveyendo “un clima familiar donde se exprese riqueza de intereses y posibilidades de actividades,... de libertad y estimulación al desarrollo individual” (González, 1999:195) ejerce una influencia considerable sobre la evolución profesional del individuo.

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